2 de cada 1000 recién nacidos pueden tener problemas de audición. Desde 2001, en nuestro país está reglamentado que a todos los bebés se les haga un control al nacer.
La audición es un sentido maravilloso: con él aprendemos a oír los sonidos del vientre materno desde la vigésima semana de gestación.
Desde los primeros días, semanas, y años de vida, todas las experiencias y aprendizajes que el bebé adquiere a través de la audición lo ayudarán a estimular millones de conexiones en su cerebro que serán vitales para el inicio de aprendizajes futuros.
Actualmente se sabe que los bebés pueden nacer con una capacidad auditiva disminuída denominada hipoacusia.
Si esta capacidad no alcanza para escuchar el lenguaje hablado entonces se denominará sordera.
A partir de la ley 25.415, sancionada en 2001, en nuestro país se ha reglamentado la realización de un estudio para evaluar la capacidad auditiva de todos los bebés y detectar aquellos que necesiten un examen más profundo.
Usualmente tal chequeo de la audición se lleva a cabo mediante el método de Otoemisiones Acústicas (OEA) que se realiza mientras el bebé duerme y consiste en presentarle al niño un ruidito suave y esperar una respuesta.
Los oídos sanos harán eco del ruidito y esto mostrará que la capacidad auditiva es buena, y el bebé habrá pasado el control. Si no hay eco el bebé necesitará un nuevo examen.
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