Postergar seduce, porque hay recompensas positivas de corto plazo que provienen de aplazar las cosas.
Cuando usted tiene demasiado que hacer, el hecho de decidir no hacer nada puede disminuir la tensión inmediata y el estrés que siente.
Existe una tendencia natural a evitar las cosas desagradables. Aplazarlas significa, al menos, que no tiene que enfrentarlas ya mismo. Además si usted está de suerte, pueden desaparecer o alguien upede hacerlas en su lugar.
Algunas veces, el culpable de la postergación es el temor al cambio. Todo el mundo posterga en uno u otro momento, pero para algunas personas ése es el único modo de hacerlo (o dejar de hacer) las cosas. Aún cuando así sea, el temor y la incertidumbre que a menudo acompaña a las nuevas ideas, procedimientos y trabajos no tiene por qué inmovilizarlo.
Es importante que reconozca la molestia, el trabajo o el estrés que proviene de la postergación de un acto o decisión importante.
Recuerde que aplazar algo durante un largo período hace más daño que el dolor a corto plazo asociado con la realización de cualquier tarea específica.
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